diciembre 2013

  • El Arbol de Navidad

    Poner un árbol dentro de casa durante la época de Navidad es una costumbre en muchos países del mundo. La tradición indica un pino de bosque, verde y freso como símbolo de vida alimentado por la sabia natural, como un reflejo de vida divina, es decir como un reflejo de Dios, su forma triangular, se relaciona con el arquetipo de Dios, que es un triángulo y representa a la Santísima Trinidad: Dios Padre, Dios Madre y Dios Hijo. Es un pino limpio en su tronco y en sus ramas, de musgo y de cualquier tipo de plagas, representando así, el hecho de soltar en tu alma cualquier emoción o actitud negativa que tengas, como: egoísmo, envidia, incomprensión, orgullo o soberbia, entre otras.

    Como un recuerdo de todas las estrellas que brillaron la noche en que nació el niño Jesús, se llena de foquitos de colores, reflejando la alegría de su nacimiento.

    Se le ponen esferas y otros adornos geométricos, u otro tipo como juguetes, animalitos, soldaditos, galletas o dulces, instrumentos musicales que IDEALMENTE vas colgando cada uno con una intención específica, lo que tendrías que hacer al colgar cada adorno, es tomarlo entre tus dos manos, verlo por un instante pronunciando en silencio o en voz alta cada su razón de estar en tu árbol de navidad.

    Los más brillantes representan las ALABANZAS a Dios por todas las maravillas del mundo que creó para ti: como el sol de cada mañana, las estrellas, el arcoiris, el paisaje del mar con atardeceres hermosos, en fin. Y esto puede estar en una sola esfera o en varias o en todas.

    Los adornos de colores intensos o mejor detallados, representan las PETICIONES humanas, como por ejemplo: te pido por el bienestar de mi familia, por la salud de mis padres o por la mente iluminada en la Bondad de quienes gobiernan nuestro planeta. O PETICIONES como: llena mi ser de tolerancia para respetar la forma de hacer las cosas de los demás, que son más específicas sobre nuestras necesidades personales.

    Los adornos más delicados representan el PERDON, por ejemplo, porque yo no he sabido perdonar a mi pareja, porque he lastimado a mi mamá, porque he maltratado a mis compañeros, porque no he sabido aceptar con amor lo que me está tocando vivir.

    Los adornos más grandes son para dar GRACIAS por todo lo que has recibido. Entonces cada adorno se cuelga con pensamientos como: gracias por la salud, gracias por el bienestar de mis hijos, gracias por la alegría y satisfacciones que he disfrutado, o gracias porque reconozco la oportunidad de crecimiento a través de los problemas y sufrimientos, es un símbolo de comprender la voluntad divina.

    En cuanto a los adornos que tienen un tema los soldaditos representan la hueste de San Miguel Arcángel, como príncipe de las milicias Angélicas, con todo lo que ello significa. Las frutas, galletas y caramelos simbolizan la hueste de Uriel Arcángel, el Ángel de la abundancia y también pueden representar al Arcángel Gabriel con las “buenas nuevas”. Las velas representan la iluminación divina y también son del clan Angélico de Uriel.

    Todo tipo de flores e instrumentos musicales se refieren a la presencia de San Gabriel Arcángel, trayendo las buenas noticias y bondades, cuidando el buen desarrollo de tus proyectos.

    Los animalitos bien pueden representar a San Rafael Arcángel como símbolo de la vida y de la salud.Soles y lunas representan a Dios Padre o a Dios Madre.

    Y en todo el árbol extendemos con subidas y bajadas una guirnalda o cadena representando así la vida misma, los días que vives entre alabanzas, peticiones, perdonando y agradeciendo… unos días de subida, sintiéndote feliz y otros de bajada no tan buenos.

    Los detalles dorados representan el toque de los Ángeles en tu vida. Los detalles en plata representan la ayuda de Santos y Guías espirituales.

    En la punta se coloca generalmente una estrella con una luz intensa, como símbolo de que Dios te ilumina siempre. También representa la Fe, porque Dios brilla en cada ser humano, por eso esa luz brilla desde arriba, simulando iluminar a todo aquel frente al árbol, es decir a todo aquél con Dios.

    Así que este año, cuando estés poniendo tu Arbolito de Navidad puedes hacer un evento, espiritualmente más y elevado, haciéndolo verdaderamente con toda alegría como una ofrenda a Dios… tu árbol en casa será entonces mucho, mucho más allá de bonitos adornos colgados, será un ritual de agradecimiento a Dios.

    ¡FELIZ NAVIDAD!

    Gracias por acompañarnos y permitir que los Ángeles de Dios guíen tu vida y Que el Infinito Poder de la Luz Llene tu vida de la presencia de Dios

  • Podemos identificar dos tipos de deseos: los que nacen en tu mente superior, que es la parte de ti que te une con el amor perfecto de Dios, representa la parte más profunda de tu Ser, naciendo en tu alma, con toda la pureza de intención; y los que nacen de tu mente inferior como algo que quieres, deseos igualmente válidos y que satisfacen a tu personalidad, mismos que pueden ser positivos y en ocasiones negativos, algunas veces provienen de afuera de ti, es decir de todo el bombardeo que recibes cotidianamente a través de las personas cercanas, de las comparaciones, de lo que escuchas como ideal o sofisticado en la vida, la publicidad y tu cultura, pasando por tu familia, los amigos y el medio social al cual perteneces.

    Los deseos de tu alma serán siempre positivos, de ayuda a tu crecimiento espiritual y por lo tanto a mejorar tu calidad como ser humano; mientras que los deseos de tu mente inferior pueden ser positivos o negativos, en esto último se referiría a que a veces se cimentan en una base egoísta y negativa que logra algún tipo de revancha o justicia a tu parecer, beneficiando aspectos casi siempre negativos de tu personalidad y dañando a alguien más.

    Para lograr más fácilmente los deseos que nacen en tu personalidad, es importante armonizarlos con tu mente superior, para ello es necesario pedir con el corazón, no basta sólo con desear, hay que sentir la alegría de saber lo que se quiere, de colocar los escalones hacia el objetivo y disfrutar el logro. Dar a tus planes el toque de la emoción positiva eleva tu propósito y activa tu ser espiritual, dándole valor a la felicidad como estado idóneo.

    Que tu felicidad no dependa de tener realizados tus deseos, porque entonces irás caminando con frustraciones, sin disfrutar plenamente el camino, olvidarás que la vida es un camino para andar, es una senda para caminar con gusto y placer, no una ruta donde lo único importante es la meta, es llegar al final. La vida entonces se vive como un camino para ir disfrutando y apreciando las bondades a cada paso que das, apreciando los pequeños detalles, porque sólo así vas dándote cuenta de la presencia de Dios en cada momento del día; entonces estarás dando pasitos en cada día porque así van construyendo un camino de oración y meditación, armando una comunicación constante con tus seres de luz más allá de los rezos y las peticiones.

    Busca dentro de ti el deseo de tu alma, bucea en tu interior en las profundidades de tu ser, porque muchas veces estos deseos se manifiestan en forma natural, sin embargo como vivimos enfocados en el afuera y con la atención en lo que sucede a nuestro alrededor, intentando llenar las necesidades de los demás fuera de nosotros, muchas veces podemos confundir los deseos.

    Siente siempre que eres merecedor de todo lo bueno, no tengas pena de pedir a tus Seres de Luz, “de molestarlos” para lograr tus cosas, nunca la ayuda que te pueden dar es molestia, la flojera es humana, no espiritual, tus Seres de Luz desean ayudarte, abrir tus caminos, poner a tu alcance los recursos y las formas, reforzar tu fuerza de voluntad, ayudar a recuperarte, en fin, te ayudan a siempre salir adelante para que sigas de la mejor forma tu camino.

    Ellos son parte de nosotros, nosotros somos parte de ellos, es un equipo trabajando en dos planos, nosotros en el material, ellos en el espiritual, uniéndonos a través de nuestras peticiones, estamos aquí para descubrir, aprender y ser constantes en la comunicación con esta red de Luz que es el Universo en toda su bondad; y así reconocernos parte de esa red de energía.

     

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